Desde hace unos cuantos años, cada vez son más las personas mayores que buscan pasar sus últimos años de vida en su propia casa. El aumento de la esperanza de vida, unido a los programas de envejecimiento activo, está generando este nuevo enfoque para el que son necesarias establecer estrategias que favorezcan la permanencia en el domicilio, que aseguren el bienestar de la persona mayor.
Envejecer en domicilio, una nueva realidad
Esta nueva realidad llega con las nuevas generaciones de personas mayores que han llevado una vida altamente independiente. Por ello, su principal deseo es residir en el domicilio el máximo tiempo posible. De hecho, algunos estudios sitúan por encima del 80% el número de personas mayores que muestran preferencia por seguir viviendo en casa.
Por otra parte, en el sector profesional de la atención a mayores ha cambiado el planteamiento de la intervención. Así, han comenzado a tomar relevancia modelos que ponen el foco en las necesidades, características y deseos individuales. Un ejemplo es el modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP), que se aleja de los modelos de cuidados tradicionales y está en línea con las estrategias para permanencia en domicilio.
Profundizando en las estrategias para permanencia en domicilio
¿Qué es?
Cuando hablamos de estrategias para permanencia en domicilio, el foco principal está en que la persona mayor continúe realizando su vida en y desde su propia casa. En casa, porque se busca envejecer en un ambiente familiar, rodeado de sus pertenencias y seres queridos. Y desde casa, porque su hogar será el eje sobre el que pivote su vida social.
Esto no quiere decir que la persona sea completamente independiente o no reciba ninguna ayuda específica. Al contrario, al hablar de estrategias nos referimos a todos esos servicios y acciones que atienden sus necesidades, pero permiten a la persona mayor seguir desarrollando su vida con el máximo grado de independencia posible.
¿Qué posibilidades hay?
Para continuar, resulta oportuno mencionar algunas de las alternativas de servicios que atienden las necesidades de las personas mayores. Unos servicios que favorecen la permanencia en el domicilio y envejecer viviendo en casa. Y estas alternativas son:
● Cuidado domiciliario: contratación de un profesional externo, a través de una empresa de ayuda a domicilio, para que atienda a la persona mayor en todas sus necesidades.
● Servicio de Ayuda a Domicilio: programas promovidos por la Administración pública, presente en la cartera de servicios del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
● Teleasistencia: modalidad que permite llevar una vida independiente y recibir la atención necesaria en caso necesario. Para ello, la persona mayor está conectada a través de un dispositivo, que tiene un botón que puede pulsar en caso de urgencia o, simplemente, para entablar conversación. Además, la nueva teleasistencia avanzada va unida a otras muchas prestaciones que forman parte de un plan personalizado en función de las necesidades de cada persona y que incluyen programas de estimulación cognitiva o contra la soledad no deseada, entre otros muchos.
La tecnología como apoyo
Visto esto, resulta interesante poner el foco en la teleasistencia domiciliaria. En este campo cada vez se está innovando más, dando paso a nuevos dispositivos más ligeros, portables, fáciles de usar y con más funcionalidades (como geolocalización, telemonitorización, comunicación bidireccional...). Incluso, a dispositivos o apps móviles de uso fácil.
Un ejemplo de esto último son las soluciones innovadoras de Atenzia que buscan favorecer y maximizar la permanencia en el hogar. Es el caso de los sistemas avanzados de teleasistencia móvil que garantizan la asistencia 24 horas, además de incorporar un detector de caídas o un servicio de consultas médicas, entre otras muchas prestaciones.
No obstante, la teleasistencia es el ejemplo más claro de cómo la tecnología está ayudando en la permanencia en domicilio. Según diferentes estudios, el 72% de las personas mayores lo ven como una solución eficaz para no sentirse solas. Pero existen otras formas de teleasistencia avanzada que permiten muchas más acciones. Algunos ejemplos son el cierre de llaves de paso (incluso automático en caso de emergencia), dispensación de medicamentos, videoconferencias, la televigilancia o la telemonitorización, entre otros.
Por supuesto, este uso de la tecnología se enfrenta a retos como la accesibilidad o la usabilidad. Y ahí es clave la innovación social: valerse de estas tecnologías para desarrollar soluciones, plataformas y herramientas cada vez más completas pero, a su vez, simplificando los dispositivos para hacerlos accesibles a las personas usuarias. Por ello, las innovaciones que van llegando siguen esta línea, permitiendo salvar la temida brecha digital.
Además, resaltar que el uso de esta tecnología siempre ha de tener presente la importancia del valor humano, la idea principal sobre la que giró la jornada online sobre teleasistencia avanzada, organizada por Atenzia en marzo de 2021.
¿Qué beneficios tiene?
En último lugar, todas estas estrategias para permanencia en domicilio tienen gran cantidad de aspectos positivos. El que más resalta, es que facilita la independencia de la persona mayor. Una independencia que pone en valor la dignidad de la persona, entendida como la capacidad de decisión libre y responsable sobre cualquier aspecto de su vida.
Partiendo de este gran beneficio, resulta interesante poner de relieve algunos otros:
● Permite dar continuidad al proyecto de vida. Desde los hábitos o actividades hasta las relaciones familiares y sociales.
● Respeta la voluntad de la persona, aumentando su grado de satisfacción personal.
● Mantiene el sentimiento de identidad de la persona mayor, así como de pertenencia a una comunidad.
● Aporta seguridad, ya que puede desarrollar su vida en un espacio que controla.
● Potencia los cuidados personalizados, centrados en las necesidades específicas, cuando estos se requieran.
● Ayuda a que la persona mayor tenga un envejecimiento activo
● Ofrece una gran flexibilidad de cara a las ayudas que fueran necesarias recibir.
● Alivia la carga emocional en la familia, al cumplir los deseos de la persona mayor.
Apostando por su autonomía y bienestar
Tras conocer más a fondo el tema, podemos confirmar que tienen aspectos claramente positivos y diferenciados de otras alternativas de alojamiento para los últimos años de vida. Aspectos como la independencia, la atención personalizada, la intimidad o la flexibilidad que conviene poner en valor.
Además, ante las nuevas realidades del envejecimiento resulta necesario dar cabida, cada vez más, a los nuevos enfoques y paradigmas de la intervención con personas mayores. Esto significa apostar por su autonomía, dignidad y bienestar.
Y las estrategias para permanencia en domicilio fomentan poner a la persona mayor en el centro, facilitando una mayor calidad de vida durante el envejecimiento.