La soledad en personas mayores es una problemática que cada vez tiene más presencia en las sociedades occidentales en este siglo. En un estudio de la Fundación La Caixa realizado en 2020, señalan que el 68,5% de personas mayores que acuden a centros sienten soledad, un dato realmente preocupante.
Además, el envejecimiento de la población pone sobre la mesa la gran posibilidad de que aumente esta problemática. Sobre todo porque, probablemente, también aumentará el número de personas mayores que vivan solas. De hecho, esa es la tendencia desde hace unos años. Porque, como indican en el informe “Soledad y Personas Mayores” de la VIU, algo más del 40% de los mayores de 65 años vivían solos en 2017 (según datos del INE).
¿Cómo luchar contra esta problemática?
La soledad no deseada es una problemática que entraña una gran complejidad, ya que no ha sido buscada y genera, principalmente, consecuencias negativas. Además, resulta oportuno diferenciar entre soledad emocional (o subjetiva) y social (u objetiva).
Con este marco, para luchar contra la soledad en personas mayores se necesitan poner en marcha programas específicos que aborden las diversas causas y consecuencias. Y estos programas pueden ser iniciativa tanto de las administraciones públicas como de entidades del tercer sector que trabajan con el colectivo.
Dicho esto, también es interesante contar con la implicación de empresas que ofrecen servicios de atención a personas mayores. Sobre todo a través de colaboraciones o conciertos entre el sector público y privado, que permiten llevar a cabo una actuación más eficaz y eficiente.
Un ejemplo es el “Salamanca Acompaña”, un programa promovido por el Ayuntamiento y gestionado por Atenzia, para responder a esta realidad ofreciendo atención individual y grupal. Y que desde su arranque a inicios de este mismo año hasta agosto ya había atendido a algo más de 200 personas.
Participación, autonomía e independencia
Cabe señalar que estos programas, suelen seguir el modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP). Un modelo que busca la participación activa en todo el proceso. Para ello, se diseña un Plan de Acción Individual junto a la persona, incluyendo diferentes actividades que permitan combatir su soledad y favorezcan su socialización.
Por último, resaltar que el beneficio que reportan estos programas y acciones es el empoderamiento de la persona mayor al dotarlos de autonomía e independencia en su vida diaria. Y, además, ayuda a generar redes sociales más sólidas.
Impulsar iniciativas ahora para frenar el aumento
Como hemos visto, está problemática es multifactorial y tiene una alta prevalencia. Por ello es clave poner en marcha, cuanto antes, más programas, acciones y actividades que faciliten la detección, prevención y tratamiento. En definitiva impulsar y diseñar iniciativas que promuevan la plena integración en el entorno comunitario. Y, por supuesto, contando con la participación tanto de las empresas y organizaciones como del tejido social.
Si quieres profundizar sobre la soledad en personas mayores y como se puede trabajar para vencer esta problemática, visita nuestro artículo en la web.