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La alimentación, un concepto clave en los programas de atención a enfermos crónicos

La OMS define la enfermedad crónica como una afectación de larga duración, con una progresión generalmente lenta. Estas enfermedades se dividen en enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas. Entre un 50%-60% de la población padece una enfermedad crónica y se estima que el 80% de las visitas a la Atención Primaria son derivadas de estas patologías. 

Además, según estimaciones de la Unión Europea, este tipo de patologías representan hasta el 80% del total de los gastos de atención sanitaria, más de 700.000 millones de euros anuales.

La importancia de una alimentación variada en la prevención de enfermedades crónicas

Una dieta equilibrada es una de las mejores bazas en la prevención de las enfermedades crónicas. Y es que, según la Organización Mundial de la Salud, la mala alimentación es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de más de un 30% de las enfermedades crónicas. De hecho, tres de cada cuatro casos de diabetes 2 se atribuyen a una mala alimentación. 

A pesar de toda la información existente al respecto, las estadísticas se mantienen. La falta de educación nutricional y los hábitos adquiridos promueven un consumo excesivo de alimentos procesados en detrimento de productos frescos y de mayor calidad nutricional. 

Por eso la fórmula pasa, entre otras cosas, por dirigir campañas de sensibilización e información a la población con ejemplos prácticos, menús, talleres de cocina… que ayuden no solo a concienciar sino a tener alternativas aplicables al día a día. 

Una dieta equilibrada y sana será fundamental para la prevención de algunas de las enfermedades crónicas más destacadas, de ahí la importancia de la colaboración de los sistemas sanitarios y los sistemas educativos.

¿Cómo puede ayudar la alimentación a reducir los costes sanitarios y mejorar la calidad de vida de pacientes crónicos?

La dieta equilibrada es, en definitiva, uno de los determinantes fundamentales de la salud y es una herramienta de protección frente a la malnutrición o a las enfermedades crónicas; una alimentación completa y equilibrada que aporte todos los nutrientes esenciales. Pero también es fundamental en la atención a personas que ya han desarrollado alguna de estas patologías. 

En primer lugar, debemos de entender que a pesar de las restricciones alimentarias asociadas a la dolencia, no hay que privar a la persona del placer de comer. Por eso hay que plantear comidas adaptadas al paciente, sirviendo platos variados, ricos en sabor y a la vez nutritivos y acorde a las pautas terapéuticas.

Así, es fundamental diseñar un menú acorde con estas pautas, pero adoptando diferentes técnicas de cocción y alimentos para que sea un menú variado y de calidad, realzando así los sabores y haciendo los alimentos más agradables a la vista del paciente.

Es importante llevar a cabo una alimentación variada mediante la realización de menús con diferentes técnicas de cocción y preparación de la alimentación integrando la composición nutricional acordada por el plan terapéutico, pero que realza los sabores, ya que esto dará el derecho al enfermo a disfrutar de una dieta equilibrada a la vez que sabrosa, aumentando su calidad de vida considerablemente.

Otro beneficio de la realización de una dieta basada en menús diferentes y equilibrados será la incrementación de la adherencia a las recomendaciones dietéticas, a la vez que una sinergia terapéutica más efectiva.

En consecuencia, también incidirá en la gestión sanitaria. 

- Reducción de Costos Operativos: Promover hábitos alimenticios saludables no solo mejora la salud de los pacientes, sino que también puede reducir significativamente la carga sobre los servicios de atención primaria y especializada, disminuyendo la necesidad de intervenciones médicas costosas y frecuentes hospitalizaciones.

Mejora de la Calidad del Servicio: La implementación de programas de educación nutricional y asesoramiento personalizado en las instituciones sanitarias puede aumentar la adherencia a las recomendaciones dietéticas. Esto, a su vez, facilita la creación de sinergias terapéuticas más efectivas, que no solo mejoran los resultados clínicos, sino que también elevan la calidad de vida de los pacientes.

Optimización de Recursos: Integrar una alimentación adecuada en los planes de tratamiento para pacientes crónicos puede liberar recursos valiosos al reducir la presión sobre el sistema sanitario. Esto permite que los recursos se reasignen a otras áreas críticas o a la innovación en servicios de salud.

    La alimentación en los programas de atención a enfermos crónicos

    Existen muchos programas de atención centrados en enfermos crónicos, programas de apoyo integral y personalizado, como los programas de Atenzia, centrados en la atención y seguimiento de la persona y que contemplan los diferentes aspectos relacionados con la salud del paciente. Y es que estos programas de ayuda pueden contribuir también a mejorar la situación nutricional de los enfermos crónicos, promoviendo una orientación y educación nutricional para favorecer las buenas prácticas alimentarias.

    Dependiendo de la patología, el programa de alimentación deberá aportar una educación nutricional u otra, diferenciando los programas para las 4 enfermedades crónicas principales: enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas. Algunas de las estrategias implementadas en estos programas:

    - Desarrollo de Programas de Sensibilización y Educación Nutricional: Invertir en campañas dirigidas a la población para fomentar una alimentación equilibrada que prevenga la aparición de enfermedades crónicas.

    Implementación de Menús Personalizados en Centros de Salud: Adaptar la alimentación en hospitales y centros de atención a las necesidades específicas de los pacientes crónicos, siguiendo pautas terapéuticas estrictas.

    - Monitoreo y Evaluación de Impacto: Establecer sistemas de seguimiento para evaluar cómo las intervenciones alimentarias afectan la reducción de costos y la mejora en los resultados de salud.

    En definitiva, la alimentación es un concepto clave para los enfermos crónicos, ya que con una alimentación saludable y nutritiva se pueden prevenir algunas enfermedades crónicas o, al menos, mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

    Además, si se realiza un plan de alimentación con diferentes menús y alimentación rica en sabor y nutritiva incrementaremos la adherencia a las recomendaciones dietéticas. Y los programas de ayuda en remoto pueden convertirse en el canal de comunicación perfecto para compartir información y beneficiarse de una asistencia rápida, cómoda y económica, impulsando la confianza del paciente hacia su autocuidado.